sábado, 16 de junio de 2012

TÍTULOS Y LOGOS.

   Cada vez es mas frecuente que salgan en los medios de comunicación,sean estos los que sean,y estén donde estén, una especie de frase,frasecita,logo o título a pie de opinión que englobe de manera cuasi rotunda lo que se pretende decir o exponer.   Y cada vez se riza mas y mas el rizo llegando al esperpento.
   Todos conocemos aquella que circulaba sin parar hasta hace bien poco y que recojía la deriva economica/política de Europa; me refiero al término "MerKozy".  Luego fueron saliendo otros y en estos dias tenemos algunos referentes a Grecia y a su presunta salida del Euro. Con un juego de palabras se nos pretende infundar de un temor o miedo a la salida de Grecia.
  Esta concentración de un término a modo de zumo de ideas resulta demasiado evidente de una carencia de ideas y lo que se pretende no  es otra cosa que buscar una originalidad que no se posee.   Entre la proliferacion de nuevos términos,la sopa de siglas de organismos internacionales,la ensalada de siglas de organismos estatales,y una buena parte de entes publico y privados vamos sobrecargando nuestro cajón de la memoria  con letras mayúsculas que ya pasan a formar parte de nuestra cotidianeidad llegando a la autocreencia de que resultan imprescindibles para nuestro cotidiano vivir; lo que no deja de ser paradójico y un tanto esteril.
   En un mundo que entre todos llegamos a formar basado en la imagen,en el flash,en lo corto e instantaneo resulta que ahora lo que prima es lo escueto y directo; un pequeño y corto batiburrillo de siglas que nos diga de un plumazo lo que se intenta transmitir.  Esta vanalización del analisis empobrece nuestro conocimiento y simplifica hasta el esperpento nuestra necesidad de generar riqueza de conocimiento,que nunca fue demasiado.  
    Lo peor del caso es que no se realiza una economía de simplización sino todo lo contrario,llegamos a tener que explicarlo como para dejar claro lo que se trata de transmitir; osea,una ridiculez basada en la mediocridad.
    Ser original basta,a veces,con decir lo necesario...en el momento preciso. Claro.