“Vivir es un milagro en sí mismo. Desperdiciar la vida en un vivir-en-el-pasado, alimentar mentalmente ese dolor por el recuerdo en lugar de contemplar el milagro de cada día, me parece una suerte de delito de lesa existencia.” Este pequeño párrafo que extraigo me ha hecho recordar,no sin cierta gracia,las inacabables conversaciones que suelo tener con alguien próximo que no logra entender.ni comprender, las posturas ante la existencia en sus vidas de las viudas aquí en Galicia. Suelo dibujar cabriolas en el aire para explicar o al menos intentarlo lo que comporta tamaño hacer. ¿Pero como hacemos comprender lo que conforma y alimenta a un alma? No,no es fácil. Que toda una vida posterior gire sobre un algo que ya no está,sobre un ser que ya no volverá y que,a la postre,parece que tiene aprehendida una parte importante de esta otra persona que a quedado amarrada a un recuerdo no es tarea fácil. Esa necesidad inculcada en el tuetano de un ser,ese postrer luto amarrado a sí que necesita ser expuesto a los ojos de los demás,es un algo incomprensible que atenaza el entendimiento y lastra las voluntades. El espejo social a los cuales se mirán tiene mas de atávicos comportamiento que de franco dolor. Pero tampoco es cuestión de urgar en el dolor ajeno que suele ser,casi siempre,demasiado íntimo e incomprensible para los demás,para los otros.
A veces quiero pensar si no llevarán luto por ellas mismas. Pero esto también es complejo;como la vida misma.
Volviendo al primer enunciado,siempre acabo con la misma retahila: es bastante complicado esto de entender las conductas ajenas.
Esta frase destacada del princio es un extracto de Mario Conde;por cierto,el último post antes de las vacaciones de Verano. Espero y deseo que lo disfrute a plenitud.
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