jueves, 4 de agosto de 2011

Ley Electoral.

  Convocadas Elecciones generales con la inusitada anticipación histórica que pasará a los anales del despropósito,uno mas de este Presidente que se creía de izquierdas y que a asumido para sí las tendencias neoliberales,me ha vuelto a surgir las incesantes dudas que la Ley Electoral que sufrimos en este país desde los inicios constitucionales allende los aires dictatoriales; tanto es así que el desproposito que la citada Ley lleva en su interior hace que muchas personas sientan un verdadero rechazo a su participación activa no solo en el juego político sino también en la participación en  elecciones sea cual fuere lo que se encuentre en valor.
  Esto que pretendo poner de relieve lo explica muy bien el profesor Navarro y dice:             
   "Si hubiera habido un sistema auténticamente representativo (en el que el peso de cada ciudadano en configurar la gobernanza del país hubiera sido el mismo), IU hubiera obtenido 13 diputados, que, sumados a los que hubiera tenido el PSOE en tal sistema, 153, habrían obtenido la mayoría, mientras que las derechas hubieran tenido 157 escaños en lugar de los 172 que obtuvieron. En realidad, IU habría obtenido muchos más de 13 diputados, pues su escasa incidencia, resultado de su escaso número en las Cortes, ha sido un factor determinante de su declive. De ser auténticamente proporcional desde el principio de la democracia, IU y las otras izquierdas habrían tenido mucho mayor peso en la vida nacional."
  En el mismo artículo ponía énfasis en el escaso interes que el PSOE demostró años atrás en modificar esta norma,aunque ello derivase en cierto riesgo de perder algunas Elecciones; su contrapeso viene dado por la certeza de quela alternancia con la derecha siempre le beneficiará a lo largo del tiempo.  Visto con los ojos y mentalidad de los estrategas socialistas, estos esperan que a la larga los movimientos de parte de la izquierda será fagocitados y caerán en sus redes como fruta madura.
  Solo el nacimiento de un movimiento creible y apoyado por una buena parte de la ciudadanía daría al traste con esta creencia.  Pero esta nueva fuerza estaría apoyada en la desconfianza y el desanimo. En tales circunstancias quien está dispuesto a apoyar un movimiento que requiere esfuerzo y confianza. Supongo que nadie o casi nadie.  Y así sobrevive esta parte de la izquierda comodamente instalada en los redaños del poder.
   Así nos vá.

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