Desde siempre he sostenido que ningún pais se sostiene si el aparato judicial,si sus estructuras juridicas o sus bases carecen de fundamentos sólidos; esto es, que estén sujetos a una tutela política,que no mantengan su independencia y que sus criterios no esten amparados por la libertad e indepenencia.
Pero esto no suele ocurrir; al menos en muchos paises,incluido todos los de una raiz latina. Poco a poco nuestro ingreso en la U.E. nos va dotando de una estructura que nos ampara de la arbitrariedad de nuestros jueces. Jueces por lo demás que están más prestos a su medraje personal que a la impartición con equidad de una justicia libre.
Es de suponer que alguien argumente,con razón que hay excepciones; claro. Tambien existen en toda actividad. Por regla general es aceptado por todos que somos honestos y,empero,las carceles y los juzgados están a rebosar. Y este argumento lejos de ser falaz sirve ad hominen de aplicación a la judicatura.
Podríamos poner infinidad de ejemplos de esto que digo; lo mas impactante es, sin duda alguna, el reparto de cargos para este u aquel puesto en la jefatura de cualquier destino o tribuna. Podríamos hablar de no ya discrepancias entre este u aquel juez;entre este y aquella sentencia,tan discordantes entre sí que nos atenaza la perplejidad. Pero ya el colmo de los colmos es su simple funcionamiento. Que nuestro sistema permitala comunicación de una sentencia a dias,incluso meses,despues de celebrado el juicio. Parece demencial. Si soy condenado exijo mirar a los ojos al juez,al Tribunl.
En este sentido podríamos dedicar largas páginas para desgranar este desastroso estado de nuestra justicia. Podríamos hablar de ese subrogamiento a los demas poderes que conforman toda sociedad; a la Iglesia,a la banca,a la política. Pero sobre todo a la poca dignidad que muestran nuestros jueces. Excepciones? Haberlas haylas. Pero pocas....
Pero esto no suele ocurrir; al menos en muchos paises,incluido todos los de una raiz latina. Poco a poco nuestro ingreso en la U.E. nos va dotando de una estructura que nos ampara de la arbitrariedad de nuestros jueces. Jueces por lo demás que están más prestos a su medraje personal que a la impartición con equidad de una justicia libre.
Es de suponer que alguien argumente,con razón que hay excepciones; claro. Tambien existen en toda actividad. Por regla general es aceptado por todos que somos honestos y,empero,las carceles y los juzgados están a rebosar. Y este argumento lejos de ser falaz sirve ad hominen de aplicación a la judicatura.
Podríamos poner infinidad de ejemplos de esto que digo; lo mas impactante es, sin duda alguna, el reparto de cargos para este u aquel puesto en la jefatura de cualquier destino o tribuna. Podríamos hablar de no ya discrepancias entre este u aquel juez;entre este y aquella sentencia,tan discordantes entre sí que nos atenaza la perplejidad. Pero ya el colmo de los colmos es su simple funcionamiento. Que nuestro sistema permitala comunicación de una sentencia a dias,incluso meses,despues de celebrado el juicio. Parece demencial. Si soy condenado exijo mirar a los ojos al juez,al Tribunl.
En este sentido podríamos dedicar largas páginas para desgranar este desastroso estado de nuestra justicia. Podríamos hablar de ese subrogamiento a los demas poderes que conforman toda sociedad; a la Iglesia,a la banca,a la política. Pero sobre todo a la poca dignidad que muestran nuestros jueces. Excepciones? Haberlas haylas. Pero pocas....
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