sábado, 17 de julio de 2010

Dios

Hoy me he encontrado con Dios; ha sido una de esas charlas expontaneas que solemos tener al albor de un atardecer cualquiera.
Tenía previsto canalizar la conversación sobre un tema pendiente pero él se arrancó,inmisericorde, sobre la actualidad mas cercana. Ya no pude pararlo. Es mayor,con el pelo blanco,lacio,alborotado;su mirada es penetrante y cálida; cuando habla parece emvolverte con un halo sempiterno de candidez.En el fondo parece que me dejo fluir por sus sonidos prestando poca atención a sus asertos,es como si resbalasen sobre mi creando círculos concéntricos que van calando dentro hasta llegar,con nitidez, a ese lugar ignoto donde se halla el entendimiento. Pero no, hoy entiendo poco lo que me dice;bueno nada. De cuestiones económicas creo saber mas que poco y cuando masculla algo sobre los mercados ya me siento expelido hacia una dimensión desconocida. Ausente.
Trato de cambiar girando la conversación, casi monologo, hacia algo mas tangible para mi entendimiento; tengo suerte. Pero ésta,como todas las suertes,carece de convicción. Hoy está irrascible como pocas veces antes;pienso que debo dejarlo solo.
Me voy; allí queda,en aquella terraza del bar,al amparo de un viejo sauce que parece llorar mi marcha o rie,que ya uno no sabe distinguir los efluvios. Cuando vuelvo la cabeza y alzo mi mano en señal de despedida lo veo mirando el rio,con la mirada fija en las revoltosas aguas que se deslizan con cierta prisa hacia el mar.
Sonrío; tal vez otro dia pueda decirle lo que pienso de su producto. Tendré que armarme de valor y decirle:
Mire vd. D. Juan Gonzalez Dios,sus gaseosas contienen demasiado gas carbónico y un exceso de sabor que no sé a ciencia cierta a que sabe,pero no me gusta,y bebo la de la competencia.
Pero vd. me cae bien.
Gaseosas G.Dios. Desde 1947. Pontevedra.

No hay comentarios: