jueves, 29 de julio de 2010

Normal


La normalidad es patrimonio de los débiles o,lo que es lo mismo,ser "normal" es ser un cretino.
Sentencias como ésta,de la cual me apropio sin menoscabo de que alguién la hubiese expresado antes,deberian de figurar en los escritos ortegianos cuando tenía en mente a las masas;aquellas ingentes cantidades de gentes que,a principios del XX se acercaban a la vida social imperante sin un algo en su sesera que,a la postre,es lo que mas disgustaba al pensador.
Empero,todavía hoy es muy usado esta etiqueta para definirse a uno mismo o definir sin trazo fino a los demás. Se suele decir:soy normal, y quedarnos tan frescos,como si este pequeño adjetivo compeliese todo nuestro ser,forma o manera. Pareciera que ser "normal" es formar parte de todo lo circundante sin añadidos traviesos ni aspavientos refulgentes; pareciera como si nos dotase de una capa a manera de barniz traslúcido equiparándonos a los demás,a todos y a todo pero en su forma más sublime cuando,por contra,dice justamente lo contrario. Porque si algo tiene esa equiparación es la falta,la carencia total, de substancia.
Deberemos optar por lo sublime sin creernos pequeños dioses; deberemos anhelar,soñar,pedir,sufrir,gritar,solicitar y otro buen montón de epítotes para dotar a todos nuestros actos o pensamientos de un algo de originalidad,de esencia,de propiedad. Y este algo de excelencia no nos viene de sopetón,no nos cae del cielo sin grandes dotes de esfuerzo,pero ¿quien nos a dicho que nuestra existencia sería "todo" gratis?

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