lunes, 25 de octubre de 2010

Reverte el Espadachin

  Describir las emociones es tarea ardua para algunos y menos lastimosa en algunos otros; lo realmente díficil es atesorar esa sensibilidad que suele aflorar ante los aconteceres de la vida; aunque pueda parecer que es de origen genético,las lágrimas no son patrimonio de almas endebles sino de corazones enchidos de dignidad.  Que un hombre llore solía ser patrimonio de la oscuridad;que lo hiciese en público era reflejo de una extraña debilidad,que lo hiciese siendo persanaje notorio le confería cierto estigma de penosa credibilidad.  En nuestra sociedad todavía se recuerdan las lágrimas de aquel rey moro allá en la lejana Granada y,allende el tiempo,resulta que todavía quedan retazos de aquel estigma impregnado en los poros artificiosos de nuestra imcomprensión.  No ha sido fácil desembarazarse de aquella rémora que aprisiona las almas y esconde las pasiones;y menos lo será todavía, si algunos prebostes henchidos de ingrata maledicencia continuan mofándose de los personajes que, en un arranque de sincera gratitud lloran en público.
   El montaraz juntaletras Perez Reverte atesora toda su sabiduría en la penumbra de sus escritos dejándo huerfana de cualquier virtud los pensamientos hechos opinión con los que se maneja en su diario acontecer; así,de tal suerte, no resulta inconcebible que no llegue a comprender el verdadero valor de unas pequeñas lágrimas en el prójimo,sean estas las del ex-ministro Moratinos o las del panadero de la esquina.  Por sus actos los conocereís que sus escritos esconden eficazmente la vanalidad de su corazón.
   Amigo Reverte,que otros te lean que yo permaneceré atento a tus gestos.  Al fin y al cabo una vida se compone de ambas y tú solo prestas atención a la pluma que es la que te paga tus improperios,o los favores...que son muchos.

3 comentarios:

Jorge Tamames dijo...

Aunque siempre me han gustado las novelas de Reverte, a título personal cada día me parece más imbécil. Una versión castiza de Chuck Norris -¡pero Reverte nunca será Chuck Norris!

Anónimo dijo...

Quizá el señor Reverte debe pensar que es obligatorio utilizar las palabras malsonantes existentes en la RAE para hacerse notar en las redes sociales.

Por mi parte (que es ínfima) todo el mundo es libre de expresar lo que siente o lo que le hace ser más conocido, sea en la red que sea, que para esto lo mismo sirve la de pescar que la de las NNTT.

Lo que ya no me gusta tanto es el ejemplo que se ofrece a los demás, a esas personas que están en las primeras fases de crecimiento moral.

Quizá debamos preguntarle si le faltan recursos para hacer una crítica menos soez a un señor que deja fluir su emotividad.

Bueno con lo que me gustan sus novelas y lo que me está decepcionando como persona a través de sus formas.

Anónimo dijo...

Es que aquí radica el problema;se supone que la parte intelectual de una sociedad es la que debe marcar la senda,ya en los planos éticos,ya morales,ya económicos o políticos. Las salidas de tiesto lo único que hacen es enmarañar a toda la sociedad y enfangar el deseado dialogo y buen hacer.