En este país de carencias sabidas,por tanto repleto de inteligencia, carecemos de una cultura democrática que nos hace denostar y cuestionar todo lo que conlleva el enfrentamiento de las ideas en aras de una paz "social" que no sabemos muy bien a quien beneficia. En última instancia deberíamos perder esos miedos atávicos que tanto nos delatan permitiendo que nuevos aires de renovación entren en las ideas preconcebidas que solemos atesorar. Si estos nuevos aires los trasladamos a los ambientes políticos ello redundará en el bien de una mayor capa social y,por tanto,beneficiará a todos. Y digo esto porque cuando se plantean llas primarias en los partidos siempre se suelen presentar como una guerra y,por lo tanto,con unos vencedores sobre otros; cuando en definitiva debería ser aplaudido por todos en aras de unos planteamientos de ideas mas que de enfrentamientos de personas o personajes. Si fuesemos capaces de ver normalidad en la plasmación de ideas no denostaríamos enfrentamientos personales,casi cainitas, con que solemos ver las primarias. Porque en definitiva son o deberían ser solo eso: ideas.
En otros lugares son bien conocidos estos hechos y no por eso se ven pereclitados hasta la extenuación el engranaje del partido político per se. Es mas,este se vé fortalecido`por nuevos planteamientos y son los militantes los que juzgan a los candidatos en función de muchas variables que no tienen que coincidir con lo que el partido ha considerado hasta esos momentos. Es cierto,que aquí sulen ser los partidos partidarios de posturas ferreas,casi petricas. Suelen estar anquilosados por una directriz que,en caso de romperse dicen, toda la estructura casi frágil se desmoronaría nos dicen. Pero esto no tiene que ser así. Siempre es muy saludable que las políticas de puertas abiertas traen nuevos aires de renovación,frescura y,porque no,cierta alegría.
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