La familia de Antonio Meño fue condenada en 2008 a pagar 400.000 euros en costas judiciales ya que la sentencia absolvió al anestesista. Desde hace meses esta familia permanece acampada en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid como gesto de protesta. Esa movilización ha logrado que aparezca un testigo clave por lo que hoy se reabre el caso. Hasta aquí el enunciado de esta noticia que,tras 20 años de suplicio,hoy media España a conocido. A título personal arduo en deseos de conocer "personalmente" a los juzgadores que tuvieron los atributos suficientes para condenar a esta familia a la mencionada cantidad. No quiero entrar en el meollo jurídico ni siquiera en lo acertado o no de la decisión; claro que de entrar el pollino de la huerta del vecino le vería con mejores luces,pero claro esto es algo que buena parte de este pais ya conoce sobre nuestros jueces y magistrados,con honrrosas excepciones,que supongo no están en las mas altas instancias. Como digo hay que tener los santos bemoles para condenar a alguien a quien,sin duda tienen todo el historial y conocen a la perfección las vicesitudes pasadas,a tamaña Salvajada. No solo pierden a un hijo,no solo tienen que hacerse cargo de él para el resto de la vida,no solo pierden su hogar,para que encima tengan que soportanr la innominiosa sentencia que les dictaron. ¿Pero como se puede ser tan memo?
Una justicia a la que acudieron los padres siguiendo con su batalla en los juzgados y recurrieron al Tribunal Supremo, que desestimó el recurso de los Meño por no haber combatido en él la culpa del anestesista. La familia se quedó sin letrado y pidió al Alto Tribunal un abogado y un procurador del turno de oficio para interponer un incidente de nulidad contra esa sentencia.
La petición del abogado y procurador de oficio la efectuaron los Meño el 14 de julio y a día de hoy todavía no le han sido nombrados estos profesionales. Como es que no a salido nadie del Pardido del Gobierno a dar explicaciones. Nadie del Ministerio de Igualdad--ah,que ya no existe,me dicen-- nadie tampoco del Ministerio de Justicia. Ni del Ayuntamiento de Madrid. En fin...
Vaya pais. Que verguenza.
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