Se está poniendo de moda esta efervescencia agria de las huestes que por aquí denominamos reaccionarias,carcas,o simplemente las etiquetamos como fascistoides. Estas tienden a estar solapadas durante algun tiempo para luego salir en tropel a la menor oportunidad. Muchos de ellos estarían contentisimos si Esperanza Aguirre quisiese subirse al carro; pero esta se muestra,de momento,reticente pues sabe de los impedinentos que encontraría dentro del propio PP. Si la corriente que llegue de USA es lo suficientemente fuerte y concluyente y si por estos lares Rajoy no es capaz de mantener,al menos en las encuestas,el suficiente tirón, no duden vds. que arreciaran aquellas voces para que Doña Esperanza se lo vuelva a plantear. Y seguro que lo tendrá bastante fácil. Basta cargar las tintas sobre la inseguridad,sobre la emigración o sobre el despilfarro del Estado para que aquellas voces furibundas se pongan en movimiento. Y algo de esto es necesario para que las masas ahora apagadas de pesimismo vuelvan a reclamar de los poderes publicos lo que tanto esfuerzo a costado;esfuerzo,trabajo y un largo batallar para que el sistema social en nuestro pais se pareciera al menos en algo a lo que en Europa hace ya mucho,demasiado tiempo, es algo habitual y ya forma parte de la vida de tantos europeos. La asistencia a los desfavorecidos,a los enfermos,a los parados,a los parias del sistema es algo demasiado importante como para dejarlo en manos de aquellas gentes cargados de retórica furibunda que solo saben mirar hacia su ombligo;despreciando a los demás e insultando a la razón.
Por regla general los abanderados de estas recetas tan antisociales suelen ser sujetos de admirables carencias,casi rayanas a la obscenidad,pero si miramos a los integrantes que pululan por suelo americano,uno no sabe si tirarse de los pelos ante la perplejidad de lo observado o hecharse a temblar por lo peligrosos que suelen ser. Peligrosos en el sentido que son incapaces de otear el futuro mas allá de unas horas. Viven al dia de sus propias incongruencias y solo son capaces de atisvar la mediocridad de sus bienestar,el de hoy.
En caso de alguna duda hechan mano de dios. Así rellenan el peso de su futilidad.
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