Cada vez es mas frecuente recibir de algún interlocutor esta sencilla y preclara admonición; y no es solo un recurso retórico ni tampoco una súplica piadosa sino mas bien es el reflejo de una situación cada vez mas frecuente en una sociedad,la de la información,que cada vez está peor informada,precisamente por el exceso de información. Este exceso de información en forma de números,cifras porcentajes y posturas a veces dispares cuando no antagónicas hacen que casi toda la ciudadanía no sabe a ciencia cierta a que atenerse.
A este respecto,cuando se habla de la situación económica y,concretamente,de la situación de España con respecto a sus problemas de solvencia o riesgo país la desconfianza y el desconcierto corren pareja a la desinformación creativa.
Para contestar a esta pregunta solemos perdernos,una y otra vez, en sesudos análisis que no solo tratan de justificar lo que decimos sino también de aclarar las causas cuando no de adivinar el futuro; y todo esto sin que el interlocutor lo solicite. Así que hablándonos a nosotros mismos construimos unas teorías tan complejas que perdemos de vista la cuestión principal. Si realizasemos con objetividad un análisis de lo que decimos,probablemente hablaríamos menos y acertaríamos mas.
Así,a la pregunta inicial ¿que le ocurre a la economía española? bastaría simplemente decir que no es una cuestión de números,ni porcentajes,ni cifras; es cuestión de credibilidad. De que seamos creibles por los demás. Esto es,por aquellos o que nos dejaron los dineros,o los que nos tienen que volver a dejar mas dinero, o los que le dicen a los que tienen dinero que nosotros,como pais, se lo devolveremos.
Porque en el fondo y hasta en la forma si se me permite, los números, cifras o porcentajes que como país atesoramos no son por sí solos capaces de explicar la tamaña incertidumbre que despertamos a nivel mundial.
Solemos tener unos datos bastante mejores que cualquier otro pais del entorno y,sin embargo,despertamos eso: desconfianza.
¿Y porqué? se preguntarán algunos. Buena pregunta. Pero eso es cuestión para otro dia, no vaya a ser que nos empalaguemos con las palabras y en esta maraña nos perdamos con tanta claridad así,de golpe.
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